No iba a ir… pero he acabado en Alcora.
Sí, he acabado en la tamborrada de allí, que por cierto, es
espectacular.
Pero vayamos a esos detalles que a mí me gustan…
Me ha encantado que los estandartes de todas las
agrupaciones de tambores y bombos fueran delante de la comitiva.
Luego, todos los músicos iban mezclados.
No hay ansia de demostrar, de rivalizar, de lucir su fuerza.
Hoy, no sé si siempre, pero hoy, todos los bombos querían
ser uno y todos los tambores también.
Por otro lado, no me extraña que en época de guerra los
tambores fueran importantes.
Estoy seguro que un estruendo como el de hoy, puede hacer
retroceder a todo un ejército medieval…
La verdad, curioso, muy curioso.
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